Objetos e inmuebles que te sirven de avalista

Cuando necesitamos dinero, más si es en caso de urgencia, una cuestión que nos produce un enorme dolor de cabeza es quién nos va a avalar como garantía en la concesión del préstamo… Tanto si queremos evitar comprometer a terceros o si queremos llevar el control de nuestras finanzas de forma personal, debemos tener presente que avalista no es resultado de garantía, sino sinónimo, y que por tanto nos puede servir objetos e inmuebles de valor para este fin: desde el coche como aval para tu préstamo personal, hasta la vivienda en caso de acudir al capital privado. ¿Con qué opciones «inanimadas» contamos que nos puedan servir de avalistas?

Objetos e inmuebles que te sirven de avalista

Imagen: cochego.es

La vivienda

Debido a su alto valor y a ser un seguro de que la devolución del préstamo está garantizada (nadie se quiere arriesgar a perder su vivienda y por tanto si la suscribe como aval, es porque sabe que puede devolver el capital prestado), la vivienda es la primera opción y la llave a un crédito seguro en el caso de que no podamos o no queramos contar con un avalista.

Esta garantía suele ser la solicitada para préstamos de grandes cantidades, que superan los 10.000 euros de media y que pueden llegar a los 100.000 (en mayor cantidad si nuestra casa así lo merece).

El coche

Una fórmula mediante la cual podemos solicitar cantidades que sin ser excesivas, como las otorgadas por la vivienda, son considerables (en torno a los 5.000 euros y que pueden llegar de media hasta los 15.000 si el vehículo está en perfecto estado y tiene un alto valor en el mercado).

Es el producto financiero perfecto para conseguir importantes sumas sin ver comprometida una propiedad de gran valor que descompense lo que realmente necesitamos como nuestra casa. Otra ventaja es que a diferencia del empeño, normalmente se permite seguir usando el aval al igual que ocurre con la vivienda.

Joyas

En este caso sí hablamos de empeño: se trata de dejar de depósito joyas de alto valor, acorde a cuánta cantidad de dinero queramos recibir.

Se estiman las cantidades en cuanto al valor real de los metales preciosos usados y restándole otros factores como el estado de conservación. Esto se puede hacer mediante negocios privados, siendo la regulación bastante menos clara (no se estipula una normativa cerrada sobre qué cantidades otorgar a cambio de que valores) o mediante los denominados «Monte de Piedad»: cajas de ahorros que ofrecen este servicio financiero de depósito.

Licencias

Entendidas como aquellas que permiten la actividad comercial supone avalar con nuestro negocio. Pero recientemente, se ha hecho extensible a avalar directamente con licencias que, como resulta en el caso de los taxistas, poseen un alto valor en el mercado.

Una licencia de taxi puede llegar a valer de media unos 100.000 euros, precio muy comparable al de una vivienda. Por esta razón y por ser un valor con el que se puede negociar (revendiéndolo, traspasándolo etc.), puede llegar a actuar de garantía de igual forma que una propiedad inmobiliaria, otorgándose las mismas cantidades disponibles con los mismos rangos de valores.

¿Quiénes actúan de aval en un préstamo sin aval?

Cada vez son más los requisitos que exigen los bancos a la hora de solicitar un préstamo. Después de la crisis financiera, tanto la alta tasa de morosidad en España como la falta de garantías de que el préstamo sería devuelto en los plazos establecidos aumentó considerablemente las exigencias establecidas por los bancos a la hora de acceder a sus créditos. De esta manera, cada vez son más las personas que deben recurrir a avales de familiares y amigos para poder acceder a una financiación.

No obstante, los contratos de avales siempre implican un alto riesgo ya que estamos comprometiendo a una tercera persona y sus bienes. Es por ello que gracias a los préstamos sin aval con T-Presta podemos conseguir el préstamo que necesitamos sin implicar a familiares ni amigos.

¿Quiénes actúan de aval en un préstamo sin aval?

¿Por qué es tan arriesgado firmar un aval?

A primera vista puede resultarte más práctico pedir a tu padre que te firme un aval y así acceder a la cantidad de dinero que necesitas de forma automática. No obstante, párate un momento a pensar en todos los riesgos que ello supone y date cuenta de que posiblemente no sea la opción que más te convenga.

Ten en cuenta que en el momento en el que implicas a un amigo o familiar en un aval él está adquiriendo las mismas responsabilidades que tú ante el acreedor. De esta forma, puede acabar viéndose implicado en un proceso judicial o incluso teniendo su casa embargada a causa de tus impagos. Una situación que sin duda es mejor evitar.

Mejor mantener las relaciones personales a buen recaudo y no comprometerlas con este tipo de responsabilidades que pueden suponer un deterioro de la relación para el resto de la vida.

¿Cómo funciona un préstamo sin aval?

Ante la gran cantidad de barreras de entrada establecidas por las entidades bancarias tradicionales a la hora de conseguir financiación, han surgido una serie de nuevas entidades financieras con el objetivo de dar respuesta a las necesidades del consumidor medio actual, que ya no se ven satisfechas por las entidades convencionales.

De esta forma, hoy en día podemos acceder a préstamos rápidos sin aval de una manera sencilla y cómoda ¿pero quién actúa como aval en este tipo de préstamos? Dependiendo del tipo de préstamo y la entidad en la que lo estemos solicitando pueden funcionar como garantía de pago, y por lo tanto como aval, una vivienda que tengamos en propiedad o una nómina fija por ejemplo.

Ambas son maneras de probar nuestra solvencia y de ofrecer alguna garantía a la entidad prestataria en caso de que se dé algún tipo de impago en el proceso de devolución del préstamo.

En definitiva, más vale utilizar nuestros bienes como garantía antes de comprometer los bienes de nuestros padres o amigos. A largo plazo lo agradecerás y vivirás más tranquilo sabiendo que lo que tienes lo has conseguido por tu propio mérito y sin comprometer a nadie en responsabilidades excesivamente arriesgadas.